Filosofía Institucional

La filosofía de la institución está enmarcada dentro de los fines de la educación colombiana, de conformidad con el Artículo 67 de la Constitución Política y con la Ley General de Educación, la cual, en su artículo primero, define la educación como “un proceso de formación permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes”. La institución se propone formar un ciudadano moralmente responsable, que cumpla sus funciones de estudiante con miras a un buen desempeño personal, cultural y social, fundamentado en una concepción integral de la persona, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes; que conozcan, entiendan y comprendan, a qué y, para qué vinieron al mundo, que manejen bien la vida, controlen sus emociones, no discutan en estado de ira, hagan uso correcto de sus habilidades físicas y mentales, servicios públicos, señales de tránsito, recursos naturales y enseres tecnológicos y, lo más importante que sepa amar honestamente, respetar, tolerar y perdonar siempre en tiempo presente y, que al morir deje como herencia a las futuras generaciones un planeta tierra en buen estado. Asimismo, desea cumplir un papel importante en el desarrollo del país, formando a cada estudiante para convertirlo en un miembro productivo, creativo y funcional dentro de una sociedad civil pluralista. La educación es un proceso permanente que se genera desde la familia, por la cual debe entenderse como elemento fundamental de la sociedad. La comunidad de la institución educativa Juan Pablo I, se convierte así en el escenario especial del estudiante, donde se va a estructurar su personalidad con sentido crítico y donde se le va a posibilitar los medios y recursos necesarios para que aprendan a desenvolverse en la sociedad donde convivan. De este modo la fuente primordial del conocimiento debe ser la praxis de la comunidad educativa, y que mediante la confrontación, análisis y síntesis realizada por el estudiante y orientada por los docentes, logren recrear y proyectarse a la sociedad civil y política. Así mismo, el camino de la ciencia ofrecido, deberá tener como base el legado cultural y científico de la comunidad, considerándola no como un problema absoluto o acabado sino en continuo proceso de construcción. Los contextos culturales contemporáneos de la región, exigen una educación que no separe la sociedad civil de la sociedad política. De allí que la institución educativa Juan Pablo I propenderá para educar un ciudadano integral con principios de igualdad de derechos, equidad de género, inclusión, pertenencia, autonomía, participación, democracia, interculturalidad, valores éticos, autoevaluación y formación integral para la productividad, que le ayuden a recobrar el liderazgo y le permitan ejercer acciones tendientes a la profesionalización, al trabajo, al liderazgo y a la participación efectiva, entendiéndose ésta como la construcción estructurada de la personalidad y a la recreación permanente del hacer social del estudiante, teniendo como base los valores institucionales, principalmente el amor y la honestidad.